Señor Gustavo Masó, gracias por su carta del pasado 20. Me ayudó a reconectarme con Gustavo. Porque el acostumbramiento nos va archivando la vida. Y la vida sigue. Espera. Desaparece y vuelve a aparecer. El archivista más cruel es el olvido. Tenía razón nuestro Borges cuando nos decía que solo una cosa no hallé. Es el olvido. Si, desde Dios. Pero entre nosotros: el olvido existe y es cruel. Gracias por haber soplado las brisas de un recuerdo.
Le ruego le diga Lilian que me hace bien su testimonio, su valentía en seguir esperando y que estoy junto a ella. Es difícil decir algo frente a la relación tan sagrada como es la de una madre con un hijo. Pero que acepte mi silencio hecho oración. Quedo a su disposición.
Por favor, le pido que rece por mí. Que Jesús lo bendiga y la Virgen Santa lo cuide.
Cordialmente, Francisco.
Las conmovedoras palabras del Papa a Gustavo Masó (Cerati).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario